sábado, 26 de fevereiro de 2011

Tarea: intenta verter al español este texto en portugués sobre el presentador Silvio Santos.

O Baú da Felicidade (Leonardo Attuch)

A partir de agora, banqueiros podem quebrar e ainda assim preservar seu patrimônio

Há décadas, o empresário Senor Abravanel é um dos homens mais admirados do Brasil. Ex-camelô, ele construiu no imaginário nacional a imagem do empreendedor que veio de baixo e ergueu um império graças ao próprio esforço. Com o passar do tempo, o filho de imigrantes assumiu uma nova identidade, a do carismático apresentador Silvio Santos. Um homem que, durante muitos anos, também foi o maior contribuinte do Imposto de Renda pessoa física do País. Três meses atrás, quando foi anunciado um rombo de R$ 2,5 bilhões no PanAmericano, essa admiração cresceu ainda mais, quando Silvio entregou todo seu patrimônio pessoal em garantia a um empréstimo do Fundo Garantidor de Crédito (FGC), que permitiria o resgate do banco. E o discurso do governo, capitaneado por Henrique Meirelles, ex-presidente do Banco Central, veio na linha do “nunca antes na história deste país” um empresário demonstrou tanto desprendimento e desapego ao dinheiro.


Na semana passada, descobriu-se que o rombo do PanAmericano era ainda maior: em vez de R$ 2,5 bilhões, inacreditáveis R$ 4 bilhões. E Silvio, que já não tinha mais patrimônio para oferecer em garantia, fez o maior negócio de sua vida. Sinalizou ao Banco Central que não faria qualquer movimento para impedir a quebra e a liquidação do banco. Imediatamente, o FGC e o governo, alegando “risco sistêmico”, começaram a se mexer. O Fundo ampliou os empréstimos ao banco, a Caixa Econômica Federal abriu um “cheque especial” de R$ 7 bilhões para o PanAmericano e, assim, foi possível encontrar um comprador: o BTG Pactual, do banqueiro André Esteves. Na prática, Silvio Santos conseguiu trocar um banco falido pelo resgate de todo seu patrimônio, uma vez que as garantias foram liberadas. Mais ou menos o que ele fazia nos seus programas de auditório, quando um telespectador, preso a uma cabine, podia trocar uma bicicleta quebrada por uma pequena fortuna.

Silvio fez o que qualquer empresário faria, mas o fato é que a solução encontrada no seu caso abre o que os economistas chamam de risco moral. A partir de agora, um banqueiro pode quebrar e ainda assim salvar seu patrimônio. Não custa lembrar que, há poucos dias, Edemar Cid Ferreira, que tem um filho casado com uma filha de Silvio, foi despejado de sua mansão – e o rombo anunciado pelo Banco Central no Banco Santos era bem menor do que o do PanAmericano. O dono do Baú da Felicidade, certamente, contava com mais reputação e poder de influência.

E encontrou a sua porta da esperança num baú muito mais fundo.

Domingo, 20 de febrero de 2011

BRASIL La Costa del Cacao y las playas de Bahía
Una tierra de novela
Viaje a los rincones menos explorados del estado de Bahía, en el nordeste de Brasil. Desde Ilheus, punto de partida de la Costa del Cacao, hasta las playas paradisíacas de la península de Maraú, pasando por Itacaré, meca del surf y destino esencial para los amantes del ecoturismo.

Itacaré: una típica playita regada de palmeras con senderos que se abren en la selva.


Por Guido Piotrkowski

Viajar a Bahía es siempre una buena noticia. Tierra exuberante y soleada, de almas con sonrisa fácil y amena, días sin prisa y playas de ensueño. De cocos y caipirinhas, feijoadas y moquecas. De la animada melodía del forró, la sensualidad del axé y la energía de la capoeira. De los libros de Jorge Amado y la musicalidad eterna de Caetano Veloso y Gilberto Gil.
La aeronave se ladea de un lado al otro, baja el tren de aterrizaje y el piloto acelera haciendo fuerza para llegar a destino, maniobrando para acertarle a la efímera pista de Ilheus. A través de las ventanillas del avión se revela un tapiz verde trópico que desemboca en la arena y se entierra en el mar.
Esta ciudad es conocida en el mundo entero gracias al pintoresquismo de Jorge Amado, quien la inmortalizó en su novela Gabriela, clavo y canela. Dos mujeres parecen festejar nuestro descenso, mientras observan de pie en la avenida costera que separa la pista del mar. Las veo saludar desde mi asiento, el 22F, e imagino que sonríen dulcemente. El calor me asesta un golpe al poner un pie en tierra firme, en esta ciudad donde Amado es rey y Gabriela, princesa.
En el casco histórico de Ilheus, la Catedral de Sao Sebastiao, de espaldas al mar.HISTORIAS CON SABOR A CACAO Mucho más grande de lo que había imaginado, la pintoresca Ilheus tiene unos 250 mil habitantes que alguna vez supieron disfrutar de las mieles del cacao, industria pujante que se hundió en la década del ’80 tras la repentina aparición de una plaga conocida como la “vassoura da bruxa” (escoba de la bruja), que hasta el día de hoy obsesiona a los moradores del lugar. También contribuyeron a la debacle la caída del dólar y la feroz competencia de mercados emergentes como Indonesia, Ecuador y diversos países africanos, que acabaron con la hegemonía bahiana de este cultivo. Hoy en día el turismo, la informática y el comercio son los principales sostenes de esta cálida ciudad, que tiene todo el año 25 grados de temperatura promedio.
Pero mientras duró, el fruto dio sus frutos. Y vaya si los dio. Una breve caminata por el casco histórico sirve para entender lo que significó aquí el cultivo del cacao. Las construcciones más importantes, como el Teatro de Ilheus y el Palacio de la Prefectura, o los caserones de los hacendados –que por estas latitudes y por una buena cantidad de reales ostentan el titulo de coroneles– se han levantado gracias al bendito cacao, traído desde Pará, en Amazonas, a mediados del siglo XVIII. Hacia 1920, Ilheus era una ciudad pequeña, pero rica y ostentosa, que tuvo que construir puerto propio especialmente para exportar el fruto de la riqueza.
El paseo desemboca en la Catedral de Sao Sebastiao, de espaldas al mar y frente al renombrado bar Vesúvio, uno de los tres más famosos del mundo, según el guía que nos acompaña. Cae simpática la acotación: en todo lugar que uno visite en Brasil, hay algo del tipo “o mais grande do mundo”. El bar se volvió famoso gracias a la pluma de Amado: en el imaginario del escritor, Gabriela era la cocinera del local y protagonista de un romance furtivo con el dueño, el árabe Nasib. En el Vesubio –siempre según la novela– se reunían los coroneles del cacao a beber y “trocar ideas” (conversar) mientras mandaban a sus mujeres a misas eternas en complicidad con el cura, para internarse en un túnel secreto que desembocaba en el burdel donde los esperaban las meretrices.
Las historias de Amado no cayeron nada bien en la sociedad local, tanto que el escritor tuvo que abandonar su amada ciudad. Pero hoy en día el viejo y querido Jorge, fallecido en 2001, lo es todo por aquí. Es posible incluso sentarse a las mesas del Vesúvio y hacer de cuenta que dialoga con él, aunque más no sólo sea su colorida estatua; la calle peatonal lleva su nombre y la casa donde creció es un museo que atesora sus objetos más preciados, como la vieja Olivetti, donde pintó este lugar como ningún otro.
En la playa de Engenhoca unos muchachitos juegan y arriesgan cabriolas de capoeira.LAS CUATRO PLAYAS DE ITACARE Los surfers, siempre los surfers y su obsesión por la ola perfecta. Llegaron hace unos quince años a la playa de Tiririca y cambiaron el destino de esta villa de pescadores y campesinos para siempre. Así es como nació Itacaré, o al menos la Itacaré que hoy conocemos: típica playita regada de palmeras, chicos con tabla en mano, senderos en la selva, atardeceres con soles que se hunden en el horizonte y lunas que se reflejan en el mar, noches de barcitos y romances tropicales, caipirinhas, reggae, rock y forró, el ritmo nordestino por excelencia. El lugar común de las vacaciones soñadas.
Tomamos la carretera estadual BA 001 rumbo norte para recorrer los 65 kilómetros que separan Ilheus de Itacaré. Esta ruta es conocida por ser una “estrada ecológica”, debido al compromiso con el medio ambiente durante su construcción y por la curiosa innovación de tener redes colgadas de los árboles para facilitar el paso de los monos y demás animales. “La naturaleza es todo en mi vida. Cuando me quedo en casa me desespero. No sé qué hacer, prendo y apago la tele, pongo música, pero no hay nada como estar aquí, en medio del mato”, dice José Antonio, o Zé a secas, con su cadencia bahiana y recién bajado, literalmente, de una palmera. Zé, que acaba de treparse como si nada a un cocotero de más de ocho metros para bajar los cocos más ricos que haya probado en mi vida, es quien nos conduce por la “trilha das quatro prais”, un sendero en medio de la exuberante Mata Atlántica (ecosistema que se extiende a lo largo de la costa brasileña) que conecta las más bellas playas del lugar.
La caminata lleva unas tres horas a paso rápido hasta el destino final, la playa de Itacarezinho. Pero estamos en Bahía y acá el apuro hay que dejarlo de lado si uno quiere estar en sintonía con el lugar. O como bien dice Zé: “En Bahía no tenemos prisa. La prisa es enemiga de la perfección”.
A Zé todo le resulta fácil. Nacido y criado en estas tierras, se desplaza por la selva como si fuera un mono. Cada tanto detiene la marcha para enseñarnos algún árbol autóctono, en medio de la tupida vegetación donde sobresalen algunas plantas de tonos flúo y unos hongos anaranjados. Nos enseña el palmito jussara –una delicia en extinción que está prohibido comer– y algunos plantíos de palmera dendé. De esta planta se extrae el aceite más usado en Bahía, que les da el inconfundible toque de sabor a las delicias locales como el acarajé (bollo de porotos relleno de camarones frito en dendé) o la moqueca (guiso a base de tomates, cebolla, leche de coco, cilantro, pimientos y dendé).
Resulta imposible divisar alguno de los bichos que pululan por aquí, aunque se los puede oír constantemente, sobre todo a las aves, que no paran de cantar. “Hay que tener suerte para verlos, quizás muy temprano en la mañana”, apunta Zé, y enumera algunos de los habitantes de esta selva: el coatí, el bicho preguiça (perezoso), el tamanduá (oso hormiguero), la jandaia (una especie de lorito), el tucán, el gato do mato (gato montés), el mono sagüi o el mono estrella.
El pibe es un guía entusiasta y aplicado. Se notan su amor por el lugar y sus ansias de progreso. “Hasta los 18 años nunca había estudiado, siempre trabajé en el campo con mi familia –explica–. Luego, comencé a estudiar y trabajar con turismo al mismo tiempo.”
En media hora llegamos a Engenhoca, la primera de las playas. El clima no acompaña y comienza a lloviznar. La playa que imaginé celeste y soleada me recibe gris y nublada. Tres pequeños y simpáticos hermanitos chapotean en una especie de piscina natural formada por el agua que baja del río. Corren y arriesgan unas figuras de capoeira. Disfrutan el hecho de ser retratados. Encaramos el resto del trayecto hasta Itacarezinho, pasando por Camboinhas y Hawaizinho, pequeñas y hermosas playitas donde casi no nos detenemos. La llovizna tropical es persistente y andamos directo hacia el destino final: sin embargo la panorámica de Itacarezinho, la más grande de las cuatro playas a pesar de su diminutivo, no podía ser mejor. La lluvia amainó y apuro el paso para entrar a la carrera en el mar.
Una imagen de Camamu, punto de partida para llegar a la paradisíaca playa de Marau.LA PLAYA SOÑADA Si hay un paraíso en la Tierra, debe ser aquí, pienso mientras el barco amarra en el muelle de Barra Grande, en la fantástica península de Maraú. El soñado mar turquesa y la típica playa de arenas blancas coronada con palmeras que regalan un poco de sombra encuentran en este recóndito vergel nordestino el resumen perfecto de lo que puede llegar a ser un edén terrenal.
Acceder al paraíso, en este caso, es muy simple. Basta con una hora de navegación desde la brasileñísima Camamu, entre manglares e islas de ensueño donde habitan pescadores que aún practican el viejo oficio de manera artesanal. Pescan en precarias y rústicas embarcaciones de madera utilizando enormes redes que atrapan algunas de las tres especias de cangrejos que se esconden en los manglares.
Durante el periplo pasamos por la Ilha Grande, que tiene unos 18 mil habitantes y ningún comercio: todas las provisiones llegan desde el continente. Rozamos la pequeña Ilha da Pedra Furada (Isla de piedra agujereada), cuyo dueño –sí, tiene dueño– es un médico de Salvador que cobra dos reales a aquellos que quieran poner un pie en su pedazo de paraíso privado cuyo atractivo principal es, justamente, una gran piedra con un agujero enorme.
El sol bahiano finalmente les gana la batalla a las nubes, justo a la hora en que descendemos del Cristina, la embarcación que nos trae hasta Barra Grande. Ahora sí. La luz ideal. El agua transparente. La playa perfecta. Es momento de un chapuzón, cerveza y pescado frito con los pies en la arena.
En Maraú hay otra playa tan perfecta como la principal. Se llama Taipus de Fora y queda a unos veinte minutos en auto desde Barra Grande. Su mayor atractivo son las piscinas naturales que se forman cuando baja la marea. También ostenta manglares, cocotales, lagunas de agua dulce y arrecifes de coral. Es casi una obligación llevar el snorkel y sumergirse en sus aguas cristalinas, ideales para bucear.

En Maraú hay que empalagarse de placeres terrenales sin ningún tipo de culpa. Hay que beber una caipirinha, un coco o un jugo de frutas tropicales. Hay que sumergirse durante horas en sus mares de aguas turquesas y rendirse en una hamaca. Hay que aprender a disfrutar de los tiempos bahianos, de los días sin prisa que tanto hacen falta. Esos que tan bien apuntaba el entrañable Zé.

Este texto trata de la cuestión del desarrollo de la enseñanza de la lengua española en nuestro país. Muy interesante y con datos actuales.

El (lento) avance del español en Brasil


Cinco millones de brasileños estudian ya el idioma, pero su obligada inclusión en la secundaria se ha cumplido a medias - En 2006 había solo un millón de alumnos

NACHO MENESES - Madrid - 25/02/2011

Diego tiene 16 años, y desde hace cuatro estudia castellano en una escuela privada de São Paulo. La influencia de sus abuelos, españoles, despertó pronto su interés por nuestro idioma, que aprende "para viajar y trabajar". Es uno de los cinco millones de personas que, según el anuario del Instituto Cervantes 2009, estudian español en Brasil, una cifra que "a estas alturas, seguramente es ya más alta", según aseguran desde la institución. Un gran salto comparado con el millón de alumnos de 2006.

El Gobierno del país reconoce que hay 6.000 profesores y hacen falta 25.000 España es el segundo inversor en Brasil por detrás de Estados Unidos La Ley del Español debía completarse este año, pero la nueva meta es 2021. La mala situación del profesorado y la burocracia federal son dos barreras "Brasil es un país situado entre el océano y el español", dijo Fernando Henrique Cardoso, expresidente brasileño. Aprobada en 2005, la denominada Ley del Español convertía en obligatoria la oferta del castellano en los centros de secundaria, incorporación que debía completarse en 2011. Sin embargo, a finales de 2009, solo un 32% lo había hecho, y la implantación había sido muy irregular. El Estado de Río, por ejemplo, había llegado a un 46%, pero otros como Bahía apenas llegaban al 21%, según datos del Instituto Nacional de Estudios e Investigación (INEP) brasileño. Una desigualdad aún más patente si se considera la titularidad de los centros: cumplían la ley un 66% de centros privados, pero solo un 18% de los públicos. Así las cosas, la nueva fecha que se plantean los responsables educativos mira hacia el horizonte de 2021.


Las caras de este retraso son múltiples, como explica Antonio Martínez, director del Instituto Cervantes de Río de Janeiro: "No salen suficientes plazas para garantizar la implantación de la ley; de 2006 a 2010 solo se convocaron oposiciones para 300 profesores". Fuentes del Ministerio de Educación brasileño reconocen que hay 6.000 docentes de español frente a una demanda aproximada de 25.000.

La falta de financiación, apuntan, es una de las razones, pero no la única. Al ser Brasil un Estado federal, el cumplimiento de la ley depende de que los diferentes estados desarrollen reglamentos para adaptarse a la nueva norma, algo que lleva su tiempo. Una lucha burocrática que se une a otras problemáticas, como apunta Belén García Llamas, profesora del Cervantes en Río de Janeiro: "La situación de los profesores no es muy buena. Sus salarios son muy bajos y trabajan con pocos medios... hay barrios muy desfavorecidos, con muchos contrastes, y los profesores tienen que echar mano de mucha vocación. Hay interés porque las cosas mejoren, pero no es fácil".

El español entra despacio, pero no para. La creciente demanda se ha notado también en las nueve sedes que el Instituto Cervantes tiene en Brasil, cuyas matrículas han pasado de 2.308 en 2006 a más de 16.000 en 2010. Su labor, que conjuga la enseñanza del español con la promoción de la cultura hispanoamericana, mezcla lo presencial con lo virtual a través de unas plataformas online que sirven "para llegar a rincones que, debido a la dificultad orográfica del país, sería mucho más complicado alcanzar", afirma la directora del Instituto, Carmen Caffarel. Así, tenemos el Aula Virtual de Español (AVE; http://ave.cervantes.es), cuyos cursos por Internet se organizan en torno a cuatro niveles multimedia, de inicial a superior. "Queremos llegar al mayor número de colectivos posible sin usurpar la labor de las universidades, que forman a sus profesores, pero ofreciéndoles nuestro apoyo", apunta Caffarel. Esther Blanco, profesora del organismo en Salvador de Bahía, añade que están intentando ofrecer clases extraescolares en escuelas, aunque "en eso hay más mercado para el inglés".

Los alumnos del Cervantes responden a un perfil diferente. Son universitarios, profesionales, con un buen nivel cultural. "Muchos se quedan con nosotros incluso después de haber completado todos los niveles", afirma García Llamas desde la sede de Río. Entonces el Cervantes diseña cursos específicos adaptados a lo que les piden: conversación, literatura, cine, cultura... Esta pasión por el español fue el germen que llevó a un grupo de alumnos de Río a crear, en abril de 2010, una revista electrónica en español, Los Insistentes (www.losinsistentes.blogspot.com), que coordina la periodista brasileña Daniella Wagner: "Empezamos siete personas y hoy tenemos incluso otro equipo de redacción al que damos un tratamiento casi profesional".

La labor docente del Cervantes se deja ver también en los múltiples convenios que la institución firma con diferentes entidades. El pasado mes de enero se presentó en Valladolid Practica español, un centro de recursos online fruto de un acuerdo entre la Fundación de la Lengua Española, la Agencia EFE y el Cervantes. Un proyecto que cuenta además con una radio dedicada a la enseñanza del español (www.radiofle.com) y otros contenidos culturales, y que en un mes escaso de existencia parece haber tenido una acogida especialmente buena en Estados Unidos y Brasil. Precisamente el 3 de febrero firmó el Cervantes un acuerdo en Madrid con la Fundación Hispano Brasileña, por el que ofrecen "ayuda y apoyo a la fundación en su trabajo de difusión y conocimiento de la cultura brasileña en España", según su presidente, Rafael López Andújar.
Entre los motivos que han favorecido la expansión del español en Brasil está, sin duda alguna, el económico. En primer lugar por el comercio con los restantes países de Mercosur; y también porque España, tras Estados Unidos, es el segundo país inversor en Brasil, con una cantidad acumulada de 30.000 millones de euros en los últimos 10 años y unas exportaciones valoradas en más de 2.100 millones a finales de 2010, según datos de la Cámara de Comercio España-Brasil. "Hay una cantidad enorme de empresas pequeñas y medianas deseando establecerse allí", afirma López Andújar.

Una muestra clara del interés por invertir en Brasil es el número de empresas asociadas a la Cámara de Comercio España-Brasil, que en solo cuatro años ha pasado de 50 a 250, "e incluso podrían llegar a 400 antes de finalizar 2011", según su presidente, Tomás González. "Tenemos como socios al 97% de la inversión española en Brasil. Y no solo con las empresas gigantes, sino también con socios pequeños, que son los que más necesitan el apoyo de la Cámara".

Las grandes citas internacionales que tendrán lugar en Brasil en los próximos años -Mundial de Fútbol y Juegos Olímpicos- pueden tener un impacto decisivo en la expansión del español. Así, se ha creado una secretaría nueva, SaeCopa, que entre otras cosas impartirá cursos de idiomas -español e inglés- a los trabajadores del sector servicios: bomberos, policías, taxistas y hasta vendedores ambulantes.

Para Anastasio Sánchez, director del Cervantes en Salvador de Bahía, "hay unas diferencias abismales que arreglar en Brasil en todos los aspectos. Son más de 200 millones de habitantes y, aunque Lula haya sacado de la pobreza a 30 o 40 millones, queda mucho por hacer". Pero hay una razón para sentirse optimista: "A diferencia de España, aquí van todos a una, hay un Gobierno y una oposición que ayuda".

Un avance desigual
- El desarrollo del español en la enseñanza secundaria es irregular: un 46% en el Estado de Río y un 21% en el de Bahía (finales de 2009).
- La implantación de la Ley del Español en los centros privados era de un 66% y en los públicos de un 18%, también a finales de 2009.
- Las matrículas del Cervantes en Brasil pasaron de 2.308 en 2006 a 16.000 en 2010.

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Texto "Lo mejor que te puede suceder en la vida". Hay que leerlo y pensar...

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un mensaje especial del escritor garcía márquez para reflexionar...

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  • 14 KILÓMETROS. 2007. ESPAÑA. GERARDO OLIVARES. PREMIO ESPIGA DE ORO DEL FESTIVAL DE VALLADOLID.
  • VIENTOS DE AGUA. 2006. ARGENTINA. JUAN JOSÉ CAMPANELLA.
  • VIVA CUBA. 2005. CUBA. JUAN CARLOS CREMATA. GRAN PREMIO DE LA JUVENTUD DEL FESTIVAL DE CANNES.
  • EL TREN DE LA MEMORIA. 2005. ESPAÑA. MARTA ARRIBAS y ANA PÉREZ. DOCUMENTAL SOBRE LA EMIGRACIÓN ESPAÑOLA DE LOS AÑOS 60.
  • AGUA CON SAL. 2005. ESPAÑA. PUERTO RICO. PEDRO PÉREZ ROSADO.
  • SI NOS DEJAN. 2004. ESPAÑA. DOCUMENTAL HECHO POR INMIGRANTES.
  • CUENTOS DE LA GUERRA SAHARAUI. 2003. ESPAÑA. PEDRO PÉREZ ROSADO
  • SALVAJES. 2001. ESPAÑA. CARLOS MOLINERO.
  • LA ESPALDA DEL MUNDO. 2000. ESPAÑA. JAVIER CORCUERA.
  • FLORES DE OTRO MUNDO. 1999. ESPAÑA. ICÍAR BOLLAÍN.
  • COSAS QUE DEJÉ EN LA HABANA. 1999. ESPAÑA. MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN.
  • SAID. 1998. ESPAÑA. LLORENÇ SOLER
  • LOS BAÚLES DEL RETORNO. 1995. ESPAÑA. MARÍA MIRÓ
  • BWANA. 1995. ESPAÑA. IMANOL URIBE.